En los sistemas de producción animal actuales, la reproducción en las granjas es la base para obtener resultados económicos satisfactorios desde un punto de vista empresarial.

Por lo tanto, los problemas de infertilidad, representados principalmente por abortos infecciosos, constituyen un problema clave que afecta a la productividad de las granjas.

Brotes de abortos: un gran problema económico

Si consideramos la especie ovina,  los brotes de abortos que afectan a un alto porcentaje de animales gestantes, representan un problema económico muy grave para el ganadero.

Además de la pérdida de corderos también está la pérdida de producción de leche y la posible aparición de complicaciones que pueden causar infertilidad futura en los animales.

Se calcula que el coste de un aborto en oveja al final de la gestación, que se produce frecuentemente en abortos infecciosos, supera los 300 €, no solo como consecuencia de las pérdidas directas.

También habría que añadir los costes de mantenimiento y  la falta de productividad durante más de seis meses, tiempo necesario para que los animales se recuperen y se queden preñadas de nuevo para ser productivas.
 

| El coste de 1 aborto puede superar los 300 €.

En granjas de producción intensiva un porcentaje del 3-4 % de abortos en el rebaño, normalmente relacionados con el manejo, se considera normal y es viable desde un punto de vista económico.
 

El problema surge cuando estas tasas aumentan significativamente como consecuencia de causas no relacionadas con el manejo, como cuando se producen abortos de naturaleza infecciosa.
 

Existen muchos agentes infecciosos que pueden causar enfermedades abortivas en el ganado ovino, clasificados como víricos, bacterianos, parasitarios y fúngicos.

Agentes infecciosos causantes de abortos en ovino

• Por lo que respecta a los agentes víricos, éstos incluyen la enfermedad de la frontera o la lengua azul.
   
• Los agentes bacterianos incluyen Chlamydia abortus (agente causante de aborto enzoótico ovino), Coxiella burnetii (causante de la fiebre Q), Salmonella Abortusovis (responsable del aborto paratífico), Brucella melitensis y otros con menor incidencia como Listeria monocytogenes, Campylobacter fetus y Leptospira spp.
   
• Los parásitos incluyen los protozoos Toxoplasma gondii y, en menor medida, Neospora caninum.
   
• Las infecciones fúngicas se producen con menos frecuencia, aunque pueden inducir abortos esporádicos en algunas especies de géneros relativamente ubicuos, como Aspergillus, Absidia, Mucor y Rhizopus.

Es importante tener en cuenta que, en algunas de estas infecciones, además de su interés veterinario desde un punto de vista sanitario y económico, debe resaltarse su naturaleza zoonótica, como en el caso de la brucelosis, la fiebre Q, la toxoplasmosis y la clamidiosis.
 

| Algunas enfermedades abortivas son zoonosis y, por tanto, suponen un alto riesgo para la salud humana.

La mayoría de los datos de prevalencia proceden de laboratorios veterinarios privados dedicados al diagnóstico de laboratorio.

Es difícil obtener datos oficiales de cada país. A pesar de todo esto, en un gran número de estudios notificados, el aborto enzoótico ovino, causado por Chlamydia abortus, es la principal causa de aborto en Europa.

^{BIBLIOGRAFÍA: 
Debido a la extensa bibliografía utilizada en la redacción de este artículo, las referencias no se han incluido en el texto. Si el lector desea obtener más información sobre cualquier aspecto de este monográfico, dirija sus preguntas a los autores a la siguiente dirección de correo electrónico: jsalinas@um.es}