Los autores proponen priorizar vacunas basadas en el dominio RBD, región clave en la neutralización y blanco de la mayoría de las mutaciones, como estrategia para mejorar la eficacia frente a variantes emergentes como JN.1. Se resalta el valor de plataformas de ARN mensajero y proteínas recombinantes adaptadas al RBD, por su capacidad de actualización rápida y fabricación más eficiente. Los autores abogan por el uso de datos preclínicos e inmunológicos (immunobridging) para tomar decisiones rápidas en futuras campañas de refuerzo, priorizando vacunas capaces de inducir respuestas neutralizantes amplias, minimizar el imprinting y adaptarse a perfiles de variantes circulantes.